miércoles, 5 de diciembre de 2012

EL SUICIDIO EN LOS ADOLESCENTES


UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR
FACULTAD MULTIDISCIPLINARIA DE OCCIDENTE
CICLO II, 2012
         REDACCIÒN EN ESPAÑOL
GRUPO Nº 8
“EL SUICIDIO EN LOS ADOLESCENTES”
RESPONSABLE: Licdo. Fidel Antonio Maravilla Zelaya
ALUMNOS:
Flores Méndez, Wendy Lourdes
García Linares, Delmy Noemí
Jiménez Martínez, Tatiana Beatriz
Mendoza Zúñiga, Carmen Yesenia
Morán Álvarez, Karen María
Morán Vega, William Edgardo
Pimentel Linares, Erik Bernardo
Salazar Padilla, Erika Cristina
Santa Ana, 5 de Diciembre de 2012



EL SUICIDIO EN LOS ADOLESCENTES

Psicología de la adolescencia, J.C. Coleman, l.B. Hendry, Morata, 2003

En la actualidad existen diferentes problemáticas que los adolescentes infieren como problemas que parecieran no tener solución alguna, lo cual los lleva a cometer situaciones suicidas en la cual una persona acaba con su vida, esta conducta se clasifica como destructiva debido a que conduce en forma directa a la muerte o en el menor caso a intentar contra la vida. Normalmente las causas de esta conducta son referidas a problemáticas de carácter social, económico, familiar, mental, escolar, entre otras; de ahí la importancia de que los jóvenes conozcan las causas que puede motivar a situaciones desesperados y poder evitarlas o contrarrestarlas solicitando la ayuda pertinente; así mismo informar a la comunidad escolar de la situación para que estén alertas y puedan auxiliar a terceros en estas condiciones.
El individuo teme ser libre y la libertad es uno de los rasgos más importantes de la existencia que lo conduce a tomar decisiones y a hacerse responsable de éstas, al tener que decidir entre varias posibilidades y evaluar cada una de ellas. Le asusta el compromiso y el riesgo que supone tener que decidir vivir en el presente y ser lo suficientemente flexible para poder asumir nuevas experiencias.  Y es en ese sentido que la adolescencia siendo una etapa de cambios biopsicosociales los adolescentes se encuentran en ocasiones ante situaciones que consideran imposibles de encontrar una solución favorable por lo que tienden a terminar con sus problemas pretendiendo que la única forma es llegar al suicidio.
En este mundo en donde todo avanza tan aprisa se dejan a un lado los sentimientos y las formas de pensar y de sentir de las personas, la etapa de adolescencia es esencialmente una época denominada comúnmente de carácter conflictivo,  es la etapa que marca el proceso de transformación del niño en adulto, es un período de transición que tiene características peculiares tanto hormonales como sociales; donde se comienzan a formular preguntas como por ejemplo      ¿Para qué estoy aquí?     ¿Qué quiero?    ¿Quién soy?, entre otras de vital importancia, aunado a esto el adolescente comienza a sentir algo que antes podía pasar desapercibido como la responsabilidad, la presión de los padres, de los maestros, de la escuela, en ocasiones se siente solo y confundido, siente perderse en un mundo donde todos lo rechazan, donde no es admitido, donde se siente aislado, rechazado, todo esto llega a tal punto de hacerlo idear el suicidio como escapatoria a todas estas presiones y confusiones.
El comportamiento suicida abarca las siguientes manifestaciones:
El deseo de morir. Representa la inconformidad e insatisfacción del sujeto con su modo de vivir en el momento presente y que puede manifestar en frases como: "la vida no merece la pena vivirla", "lo que quisiera es morirme", "para vivir de esta manera lo mejor es estar muerto" y otras expresiones similares.
La representación suicida. Constituida por imágenes mentales del suicidio del propio individuo, que también puede expresarse manifestando que se ha imaginado ahorcado o que se ha pensado ahorcado.
Las ideas suicidas. Consisten en pensamientos de terminar con la propia existencia y que pueden adoptar las siguientes formas de presentación:
  • Idea suicida sin un método específico, pues el sujeto tiene deseos de matarse pero al preguntarle cómo lo va a llevar a efecto, responde: "no sé cómo, pero lo voy a hacer".
  • Idea suicida con un método inespecífico o indeterminado en la que el individuo expone sus deseos de matarse y al preguntarle cómo ha de hacerlo, usualmente responde: "De cualquier forma, ahorcándome, quemándome, pegándome un balazo."
  • Idea suicida con un método específico no planificado, en la cual el sujeto desea suicidarse y ha elegido un método determinado para llevarlo a cabo, pero aún no ha ideado cuándo lo va a ejecutar, en qué preciso lugar, ni tampoco ha tenido en consideración las debidas precauciones que ha de tomar para no ser descubierto y cumplir con sus propósitos de autodestruirse.
  • El plan suicida o idea suicida planificada, en la que el individuo desea suicidarse, ha elegido un método habitualmente mortal, un lugar donde lo realizará, el momento oportuno para no ser descubierto, los motivos que sustentan dicha decisión que ha de realizar con el propósito de morir.
La amenaza suicida. Consiste en la insinuación o afirmación verbal de las intenciones suicidas, expresada por lo general ante personas estrechamente vinculadas al sujeto y que harán lo posible por impedirlo. Debe considerarse como una petición de ayuda.
El gesto suicida. Es el ademán de realizar un acto suicida. Mientras la amenaza es verbal, el gesto suicida incluye el acto, que por lo general no conlleva lesiones de relevancia para el sujeto, pero que hay que considerar muy seriamente.
El intento suicida, también denominado parasuicidio, tentativa de suicidio, intento de autoeliminación o autolesión intencionada. Es aquel acto sin resultado de muerte en el cual un individuo deliberadamente, se hace daño a sí mismo.
El suicidio frustrado. Es aquel acto suicida que, de no mediar situaciones fortuitas, no esperadas, casuales, hubiera terminado en la muerte.
El suicidio accidental. El realizado con un método del cual se desconocía su verdadero efecto o con un método conocido, pero que no se pensó que el desenlace fuera la muerte, no deseada por el sujeto al llevar a cabo el acto. También se incluyen los casos en los que no se previeron las complicaciones posibles, como sucede en la población penal, que se “autoagrede sin propósitos de morir”, pero las complicaciones derivadas del acto le privan de la vida (inyección de petróleo en la pared abdominal, introducción de alambres hasta el estómago o por la uretra, etc.).
Suicidio intencional. Es cualquier lesión autoinfligida deliberadamente realizada por el sujeto con el propósito de morir y cuyo resultado es la muerte. En la actualidad aún se debate si es necesario que el individuo desee morir o no, pues en este último caso estaríamos ante un suicidio accidental, en el que no existen deseos de morir, aunque el resultado haya sido la muerte.
De todos los componentes del comportamiento suicida, los más frecuentes son las ideas suicidas, los intentos de suicidio y el suicidio consumado, sea accidental o intencional.
Las ideas suicidas son muy frecuentes en la adolescencia sin que ello constituya un peligro inminente para la vida, si no se planifica o se asocia a otros factores, llamados de riesgo, en cuyo caso adquieren carácter mórbido y pueden desembocar en la realización de un acto suicida.
El intento de suicidio es muy común entre los adolescentes con predisposición para esta conducta y se considera que por cada adolescente que comete suicidio, lo intentan cerca de trescientos.
Ø  Factores de Riesgo Suicida en la Adolescencia

La Prensa Gráfica, Editoriales, 12 de Octubre de 2011 - Licdo. Romeo Ramos Amaya

Los adolescentes que intentan el suicidio o se suicidarán se caracterizan por tener diversos factores de riesgo para esta conducta, entre los que se encuentran:
  • Provenir de medios familiares con desventaja social y pobreza educacional.
  • Estar más expuestos a situaciones familiares adversas que condicionan una niñez infeliz.
  • Presentar mayor psicopatología, incluyendo depresión, abuso de sustancias y conducta disocial así como baja autoestima, impulsividad, desesperanza y rigidez cognitiva.
  • Mayor exposición a situaciones de riesgo suicida o eventos vitales suicidógenos como las relaciones humanas tumultuosas, los amores contrariados o problemas con las autoridades policiales.
A continuación se explicaran cada uno de ellos:
Ø  Factores culturales y socio demográficos

Los problemas socioeconómicos, los bajos niveles educacionales y el desempleo son factores de riesgo para el comportamiento suicida pues limitan la participación social activa del adolescente, impiden la satisfacción de las necesidades más elementales y coartan la libertad de quienes los padecen.
Se caracteriza por:
  • Esfuerzos constantes por lograr adaptarse a la nueva cultura.
  • Sentimientos de pérdida y pena, motivados por los recuerdos de los amigos, familiares, la profesión, las posesiones y cuanto se ha dejado atrás.
  • Sentimientos de ser rechazado por los miembros de la nueva cultura.
  • Confusión en el rol, las expectativas, los valores y la identidad ante la nueva cultura.
  • Sorpresa, angustia, disgusto e indignación ante las diferencias culturales a las que debe adaptarse.
  • Sentimientos de no ser capaz de adaptarse a la nueva cultura.
Entre las razones que pueden contribuir al suicidio de los adolescentes de estos grupos poblacionales se encuentran extrañar la tierra natal y sus costumbres, problemas con la pareja, infelicidad, baja autoestima, carencia de amigos o familiares, el aislamiento social y la falta de comunicación por las barreras que impone el idioma en caso que el país receptor difiera del natal.
Un proceso de este tipo, aunque con menos diferencias, puede desencadenarse en el curso de migraciones internas, cuando se trasladan las familias, en busca de oportunidades, desde las zonas rurales a las urbanas o de las provincias o departamentos a las capitales. La mudanza o migración interna, puede ser un factor de riesgo de suicidio de importancia en la adolescencia, principalmente cuando no se logra la adaptación creativa al nuevo entorno.
Ø  Situación familiar y eventos vitales adversos

La situación de la familia del adolescente suicida garantiza su infelicidad e impide su crecimiento emocional, pues son comunes:
  • Presencia de padres con trastornos mentales.
  • Consumo excesivo de alcohol, abuso de sustancias y otras conductas disociales en algunos de sus miembros.
  • Antecedentes familiares de suicidio o intentos de suicidio y permisividad o aceptación de esta conducta como forma de afrontamiento.
  • Violencia familiar entre sus miembros, incluyendo el abuso físico y sexual.
  • Pobre comunicación entre los integrantes de la familia.
  • Dificultades para prodigar cuidados a los que los requieren.
  • Frecuentes riñas, querellas y otras manifestaciones de agresividad en las que se involucran los miembros de la familia, convirtiéndose en generadores de tensión y agresividad.
  • Separación de los progenitores por muerte, separación o divorcio.
  • Frecuentes cambios de domicilio a diferentes áreas.
  • Rigidez familiar, con dificultades para intercambiar criterios con las generaciones más jóvenes.
  • Situación de hacinamiento, lo que en ocasiones se traduce por la convivencia de varias generaciones en un breve espacio, lo cual impide la intimidad y la soledad creativa de sus miembros.
  • Dificultades para demostrar afectos en forma de caricias, besos, abrazos y otras manifestaciones de ternura.
  • Autoritarismo o pérdida de la autoridad entre los progenitores.
  • Inconsistencia de la autoridad, permitiendo conductas que han sido anteriormente reprobadas.
  • Incapacidad de los progenitores para escuchar las inquietudes del adolescente y desconocimiento de las necesidades biopsicosociales.
  • Incapacidad de apoyar plena y adecuadamente a sus miembros en situaciones de estrés.
  • Exigencias desmedidas o total falta de exigencia con las generaciones más jóvenes.
  • Llamadas de atención al adolescente que generalmente adquieren un carácter humillante.
  • Si los padres están divorciados pero conviven en el mismo domicilio, el adolescente es utilizado como punta de lanza de uno de ellos contra el otro y se le trata de crear una imagen desfavorable del progenitor en contra de quien se ha realizado la alianza.
  • Incapacidad para abordar los temas relacionados con la sexualidad del adolescente, la selección vocacional y las necesidades de independencia.

Ø  Psicopatología del adolescente que constituye una predisposición a cometer suicidio

Se considera que casi la totalidad de las personas que se suicidan son portadores de una enfermedad mental diagnosticable, lo cual ha sido ampliamente abordado en las investigaciones realizadas mediante las autopsias psicológicas. En los adolescentes este postulado también se cumple y se considera que la mayoría de los que se suicidan pudieron haber padecido algunas de las siguientes enfermedades:

Depresión: Es una enfermedad del estado de ánimo, muy frecuente, la cual afecta al ser humano en su totalidad, ya sea física y emocionalmente, con repercusión social debido a la merma de la voluntad para satisfacer las demandas habituales de la vida de forma óptima.
Entre los síntomas más frecuentes observados en los adolescentes deprimidos se encuentran los siguientes:
  • Tristeza, aburrimiento, tedio y fastidio.
  • Pérdida de los intereses y del placer en las actividades que anteriormente lo despertaban.
  • Trastornos del hábito de sueño, con insomnio o hipersomnia.
  • Intranquilidad.
  • Falta de concentración.
  • Irritabilidad, disforia, malhumor.
  • Pérdida de la energía para emprender las tareas cotidianas.
  • Sentimientos de cansancio y agotamiento.
  • Preocupaciones reiteradas con la música, libros, y juegos relacionados con el tema de la muerte o el suicidio.
  • Manifestar deseos de morir.
  • Sentirse físicamente enfermos, sin tener una enfermedad orgánica alguna.
  • Incremento del uso del alcohol y las drogas.
  • Falta de apetito o apetito exagerado.
  • Conducta rebelde sin una causa que lo determine.
  • Expresar ideas suicidas o elaborar un plan suicida.
  • Planificar actos en los que no se calculen de forma realista, las probabilidades de morir.
  • Llanto sin motivo aparente.
  • Aislamiento social evitando las compañías de amigos y familiares.
  • Pesimismo, desesperanza y culpabilidad.

Trastornos de Ansiedad: Diversas investigaciones han demostrado la correlación existente entre los trastornos de ansiedad y el intento de suicidio en adolescentes varones, no así entre los adultos. Se trata de un estado emocional en el que se experimenta una sensación desagradable de peligro inminente para la integridad física o psicológica del sujeto, quien puede temer a volverse loco, perder la razón o morir de un ataque cardíaco. Si no es diagnosticado y tratado oportunamente este trastorno, puede comprometer las habilidades del sujeto para realizar sus actividades cotidianas.
Las manifestaciones del Trastorno de Ansiedad son las siguientes:
  • Manifestaciones físicas que incluyen pulso acelerado, palidez facial o rubor, incremento de la frecuencia respiratoria y sensación de falta de aire, sudoración de manos y pies, temblor, tensión muscular generalizada, saltos musculares, dolor de cabeza, nauseas, dolores abdominales, diarreas, micciones u orinas frecuentes, salto de estómago, piel de gallina, frialdad de manos y pies, etc.
  • Manifestaciones psicológicas entre las que sobresalen el temor, la tensión, el nerviosismo, la sensación de estar esperando una mala noticia, la incapacidad para mantenerse quieto en un lugar y de relajarse.
  • Manifestaciones conductuales consistentes en timidez, aislamiento, evitación de aglomeraciones y actividades sociales, dependencia, intranquilidad motora, hiperactividad afanosa o necesidad de mantenerse ocupado
Las manifestaciones señaladas con anterioridad son universales, es decir, caracterizan a la ansiedad como trastorno o cortejo sintomático, pero es conveniente señalar que existen formas particulares de este trastorno, con síntomas específicos que relacionaremos a continuación:
Ataques de Pánico. Manifestación extrema de la ansiedad con aceleración del pulso, hiperventilación o respiración rápida y superficial, miedo a perder el control y sensación de muerte inminente.
Fobia simple. Miedo exagerado a objetos o situaciones que no representan peligro alguno para la mayoría de los individuos. Un ejemplo es el temor a los espacios cerrados o claustrofobia.
Fobia social. Esta fobia es incapacitante para quien la presenta, pues el sujeto evita cualquier situación que signifique interactuar con otras personas por el temor a quedar mal paradas, a hacer el ridículo, a hablar en público o mostrarse incapaz de responder preguntas en un auditorio.
Ansiedad de separación. Para su diagnóstico se requieren al menos tres o más de los siguientes síntomas:
  • Preocupación y malestar excesivos al separarse del hogar o de las figuras vinculares principales.
  • Miedo a perder a los padres o a que les pase algo malo.
  • Miedo a ser secuestrado o a extraviarse.
  • No poder ir a la escuela o a cualquier otro sitio.
  • No poder quedarse sólo en casa.
  • No poder dormir alejado de los padres o fuera de la casa.
  • Tener pesadillas recurrentes de secuestros. Accidentes, etc.
  • Manifestar diversas quejas físicas como dolor de cabeza, vómitos, dolor abdominal antes de salir del hogar hacia la escuela u otro lugar alejado
Estos síntomas deben estar presentes por un período de por lo menos cuatro semanas e iniciarse antes de los 18 años.
Fobia escolar. Consiste en un temor a la escuela que ocasiona un ausentismo total o parcial, lo que se expresa en diversos síntomas físicos, imposibilidad de levantarse de la cama, náuseas, cólicos, etc. Afecta a los niños y las niñas en la adolescencia temprana, entre los 11 a 13 años.
Trastorno Obsesivo Compulsivo. Condición mórbida caracterizada por necesidad de realizar actos repetitivos o rituales de complejidad variada para mitigar la angustia surgida por la intrusión de pensamientos desagradables, persistentes a pesar de los esfuerzos del sujeto por desembarazarse de ellos y cuyo contenido es muy desagradable o absurdo, como por ejemplo estar contaminado, padecer una enfermedad, la muerte de un ser querido, profanación de imágenes religiosas, pensamientos de contenido sexual intolerables, etc.
Trastorno de Estrés Postraumático. Es un trastorno que ha cobrado interés en los últimos años y es ocasionado por un acontecimiento o situación traumática no habitual y de gran intensidad y que se caracteriza por la re-experimentación del trauma, por la aparición de conductas de evitación de situaciones en relación con dicho acontecimiento y por un aumento de síntomas neurovegetativos.
En la adolescencia son frecuentes los sentimientos de culpabilidad, tendencia a mantener en secreto lo ocurrido, cuando esto es posible, conducta oscilante entre agresividad, violencia y deseos de venganza, actitudes de inhibición, pasividad y excesiva complacencia ante el medio ambiente y en ocasiones, episodios de aparente repetición del trauma con ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos con lagunas de memoria. Además de los trastornos depresivos y de ansiedad, el abuso de alcohol constituye un importante factor de riesgo de suicidio en la adolescencia, pues se estima que uno de cada cuatro adolescentes que cometen suicidio lo realizan bajo los efectos del alcohol u otra droga o la combinación de ambos. En la adolescencia la vía más socorrida para abusar del alcohol es la denominada sociocultural, la cual es el producto de las costumbres, tradiciones, y convenciones de las diferentes culturas, y se relaciona íntimamente con la presión ejercida por los grupos humanos grandes o pequeños. Se ejemplifica con el adolescente que se inicia en el consumo de cualquier sustancia adictiva para demostrar hombría, audacia ante sus iguales que lo subvalora sino sigue las reglas del grupo. Por lo antes referido, será de suma importancia que el adolescente sepa que en la medida en que se ponga en contacto con cualquier sustancia adictiva, con una mayor frecuencia y por un período de tiempo más prolongado, tendrá mayores posibilidades de desarrollar una toxicomanía o dependencia de sustancias.
Abuso de alcohol: La característica esencial del abuso de alcohol o de otra sustancia cualquiera, consiste en un patrón desadaptativo de consumo de dichas sustancias, manifestado por consecuencias adversas, significativas y recurrentes relacionadas con su consumo repetido. Puede darse el incumplimiento de obligaciones importantes, consumo repetido en situaciones en que hacerlo es físicamente peligroso y dañino, pudiendo llevar a problemas legales, sociales e interpersonales recurrentes. Estos problemas pueden manifestarse repetidamente durante un período continuado de doce meses.
·         Existen determinadas señales de peligro que deben hacer pensar a los padres, madres, tutores, maestros y médicos de la familia, que un adolescente está consumiendo drogas y son los siguientes:
  • Cambios bruscos de amistades.
  • Cambios en la manera de vestir y de hablar, utilizando la jerga propia de los toxicómanos.
  • Disminución del rendimiento académico y repetidas ausencias injustificadas a la escuela, sin que se conozca en qué ha empleado el tiempo.
  • Cambios en su comportamiento habitual en el hogar, tornándose irritables, aislados, huraños y sin deseos de compartir con el resto de la familia.
  • Realiza hurtos en el propio domicilio, o en el de otros familiares, amigos o vecinos para venderlos y adquirir el dinero con que comprará la droga. En ocasiones roban importantes sumas de dinero a los padres o les mienten sobre supuestas compras de artículos deseados pero inexistentes.
  • Cambios en los horarios de las actividades, predominando las que realiza en horarios nocturnos, lo cual altera su ritmo de sueño y alimentación.
  • Señales de quemaduras en las ropas, manchas de sangre, señales de pinchazos en antebrazos o resto de drogas en los bolsillos.
Como se ha hecho evidente, el abuso de sustancias conlleva una serie de comportamientos comunes encaminados a la búsqueda de la sustancia, su consumo y restablecimiento de sus efectos nocivos, variando, como es lógico suponer, las manifestaciones clínicas de cada una de ellas.
Trastorno Disocial de la Personalidad. Es otro factor de riesgo de suicidio entre los adolescentes, que por sus rasgos clínicos tiene una elevada propensión al suicidio y a la realización de daños autoinfligidos. Sobresalen en este trastorno las siguientes características:
·         Agresión a personas y animales: con frecuencia fanfarronea, amenaza e intimida a otros, a menudo inicia agresiones físicas, ha utilizado un arma que puede causar daño físico grave a otras personas (bate de béisbol, ladrillo, botella, navaja, pistola, cuchillo, etc.), ha manifestado crueldad física con personas y animales, ha robado enfrentándose a la víctima (ataque con violencia, arrebatar bolsos, robo a mano armada), ha forzado a alguien a una actividad sexual.
·         Destrucción de la propiedad social: ha provocado deliberadamente incendios con la intención de causar daños graves, ha destruido deliberadamente propiedades de otras personas.
·         Fraudulencia o robo: ha violentado la casa o el automóvil de otras personas, a menudo miente para obtener bienes o favores o para evitar obligaciones, ha robado objetos de cierto valor sin enfrentamiento a la víctima (robos en tiendas, falsificaciones de documentos)
·         Violaciones graves de normas: a menudo permanece fuera del hogar de noche a pesar de las prohibiciones paternas, iniciando este comportamiento antes de los trece años, se ha escapado durante la noche por lo menos en dos ocasiones, viviendo en la casa de sus padres o en un hogar sustituto, suele tener ausencias a la escuela, iniciando esta práctica.
El trastorno disocial de la personalidad provoca deterioro significativo de la actividad social, académica y laboral. Con suma frecuencia desarrolla abuso de sustancias y dependencia de ellas, pero no por la vía sociocultural expuesta anteriormente, sino por la llamada hedónica, en la que la motivación más importante es la búsqueda de "placer artificial".
Trastorno de la Alimentación. En la cultura contemporánea los medios de difusión masivos han globalizado un modelo de belleza femenina que en muchas ocasiones se convierte en un objetivo imitativo inalcanzable, este trastorno puede enmascararse detrás de esta propuesta de belleza y se caracteriza por un severo trastorno de la conducta alimentaria que puede adquirir las siguientes formas clínicas:
1- Anorexia nerviosa en la que se presentan los siguientes síntomas:
  • Rechazo manifiesto a mantener el peso corporal mínimo.
  • Un miedo intenso a ganar de peso o a convertirse en obeso, incluso cuando se está por debajo del peso ideal para la talla.
  • Alteración de la propia percepción del peso o de la silueta corporal, creándose una imagen negativa de sí mismo.
2- Bulimia nerviosa que se caracteriza por:
  • Atracones recurrentes, en los que el sujeto ingiere en un corto tiempo una cantidad superior de alimentos a los que ingeriría la mayor cantidad de personas en un tiempo similar y en similares circunstancias.
  • Sensación de pérdida de control sobre la ingesta de alimentos.
  • Conductas compensatorias inapropiadas, repetitivas, con la finalidad de no ganar peso, como son la provocación del vómito, el uso excesivo de laxantes, enemas, ayunos y ejercicios descontrolados.
  • Los atracones y las conductas compensatorias ocurren al menos dos veces por semana durante un período de tres meses.
La autoevaluación esta principalmente influida por el peso corporal del adolescente.
Trastorno esquizofrénico. Enfermedad devastadora que puede en su debut, tener como primer y único síntoma evidente el suicidio del adolescente. Se piensa que la asistencia al derrumbe psicológico, a las diversas sensaciones y percepciones anómalas, el cambio del mundo circundante y del propio Yo, cuando aún se conserva algún lazo con el mundo no esquizofrénico, explicaría este desenlace en un adolescente "aparentemente normal".
Esta enfermedad no tiene un cuadro clínico homogéneo, pero algunos síntomas deben hacer que se piense en ella. Entre estos, los siguientes son los más comunes:
  • Pensamiento sonoro, eco, robo, inserción o difusión de los pensamientos del sujeto.
  • Alucinaciones auditivas que comentan la actividad que realiza el individuo.
  • Ideas delirantes de ser controlado, de ser influido en las acciones, emociones o pensamientos desde el exterior.
  • Alucinaciones auditivas que comentan la actividad que la persona realiza.
  • Ideas de tener poderes sobrenaturales y sobrehumanos.
  • Invención de palabras nuevas que no tienen significado alguno para quienes le escuchan.
  • Asumir posturas corporales extrañas mantenidas o no realizar movimiento alguno.
  • Apatía marcada, pérdida de la voluntad, empobrecimiento del lenguaje o respuesta emocional inadecuada a los estímulos.
  • Pérdida de intereses, falta de objetivos, ociosidad y aislamiento social.
  • Lenguaje incapaz de servir de comunicación con los demás.
  • La vida laboral, las relaciones sociales y el cuidado personal están gravemente comprometidos.
Se han mencionado y descrito las enfermedades mentales que frecuentemente conllevan suicidio entre los adolescentes, pero sería de apreciable utilidad detallar los rasgos o atributos de la personalidad del adolescente que pueden facilitar la eclosión de salidas suicidas emergentes frente a situaciones de riesgo, las que serán abordadas más adelante.
Los siguientes rasgos o atributos de la personalidad del adolescente que se convierten en factores de riesgo para cometer suicidio son:
  • Inestabilidad del ánimo.
  • Conducta agresiva.
  • Conducta disocial.
  • Elevada impulsividad.
  • Rigidez de pensamiento y terquedad de la conducta.
  • Pobres habilidades para resolver problemas.
  • Incapacidad para pensar realistamente.
  • Fantasías de grandiosidad alternando con sentimientos de inferioridad.
  • Sentimientos de frustración.
  • Manifestaciones de angustia ante pequeñas contrariedades.
  • Elevada auto exigencia que rebasa los límites razonables.
  • Sentimientos de ser rechazado por los demás, incluyendo los padres u otras figuras significativas.
  • Vaga identificación genérica y orientación sexual deficiente.
  • Relación ambivalente con los progenitores, otros adultos y amigos.
  • Antecedentes de haber realizado una tentativa de suicidio.
  • Frecuentes sentimientos de desamparo y desesperanza.
  • Frecuentemente se sienten heridos con la más mínima crítica.
Estos son algunos de los rasgos que predominan entre los adolescentes que al estar sometidos a las llamadas situaciones de riesgo pueden presentar una conducta suicida. Como es conocido, ellos se ven involucrados en mayor número de eventos vitales desfavorables que sus pares no suicidas.
Enunciaremos seguidamente aquellas situaciones en las que los adolescentes vulnerables pueden desembocar en una crisis suicida:
  • Situaciones que pueden ser interpretadas a través del prisma del adolescente como dañinas, peligrosas, conflictivas en extremo, sin que necesariamente concuerde con la realidad, lo cual significa que hechos triviales para adolescentes normales, pueden tornarse potencialmente suicidógenos en adolescentes vulnerables, quienes los perciben como una amenaza directa a la autoimagen o a su dignidad.
  • Los problemas familiares que como es reconocido, se constituyen en uno de los motivos fundamentales de la realización de un acto suicida.
  • Separación de amigos, compañeros de clases, novios y novias.
  • Muerte de un ser querido u otra persona significativa.
  • Conflictos interpersonales o pérdida de relaciones valiosas.
  • Problemas disciplinarios en la escuela o situaciones legales por las que debe responder el adolescente.
  • Aceptación del suicidio como forma de resolución de problemas entre los amigos o grupo de pertenencia.
  • Presión del grupo a cometer suicidio bajo determinadas circunstancias y ante determinadas situaciones.
  • Situación de tortura o victimización.
  • Fracaso en el desempeño escolar.
  • Exigencia elevada de padres y maestros durante el período de exámenes.
  • Embarazo no deseado y embarazo oculto.
  • Infección con VIH o padecer una infección de transmisión sexual.
  • Padecer una enfermedad física grave.
  • Ser víctima de desastres naturales.
  • Violación o abuso sexual, con mayor peligrosidad si se trata de familiares.
  • Estar sometido a amenazas de muerte o golpizas.
  • Incumplir con las expectativas depositadas por los padres, maestros, u otras figuras significativas y asumidas por el adolescente como metas alcanzables.
No se pretende agotar todas las situaciones que son de riesgo para que un adolescente intente contra su vida, pero sin lugar a dudas se han mencionado las más comunes.
Una vez que un adolescente vulnerable ante una situación psico-traumática inicia una crisis suicida, es necesario actuar con rapidez y asumir una postura muy directiva, ya que la característica principal de este tipo de crisis es que existe la posibilidad que el individuo intente afrontar la situación problemática mediante la autoagresión.

Manejo de la Crisis Suicida en el Adolescente

Ante una crisis suicida en el adolescente es de suma utilidad observar los siguientes principios:
  1. Tratarlo con respeto.
  2. Creer lo que nos manifiesta.
  3. Escucharle con genuino interés.
  4. Permitirle expresar sus sentimientos (llanto, ira, disgusto).
5.    Responsabilizar al adolescente con su propia vida, siempre que ello sea posible.
"Es una salida fácil para algunos, pero es la más cobarde. Es una forma de no afrontar los problemas, y de no saberse valorar"
El suicidio afecta a todas las edades especialmente a los jóvenes y no diferencia clases sociales. Puede ser masivo o personal, tanto en forma privada o pública.
Creemos que el suicidio puede ser evitado. Con información y ayuda cualquier persona que haya considerado esa opción como salida a sus problemas puede revertir su situación.



Sólo en San Salvador, 164 personas se suicidaron, según datos de Medicina Legal. Cincuenta y uno tenían menos de 30 años.

El suicidio se ha convertido en la tercera causa de muerte entre adolescentes en El Salvador. La primera son los accidentes y la segunda, las muertes por violencia. El rango de edad más alto es entre los 14 y los 19 años. De hecho, los últimos registros del Ministerio de Salud indican que de 287 personas que han intentado suicidar de enero a mayo del 2003, la mitad corresponde a menores de 25 años. Si bien los hombres son los que más logran suicidarse son las mujeres quienes más lo intentan. De cada cinco personas que buscan matarse, cuatro son del sexo femenino, asegura el doctor Moisés Guardado, jefe del Programa de Salud Mental del Ministerio de Salud. En el Hospital Zacamil, de 16 jóvenes entre los 10 y los 19 años que atentaron contra sus vidas, 12 fueron mujeres y cuatro varones.
Medidas desesperadas
Entre los métodos usados está dispararse con un arma de fuego, a veces propiedad de sus padres; ingerir altas dosis de medicamentos, lanzarse al vacío e intoxicarse con plaguicidas. De hecho, este último es el método más usado por los jóvenes, sobre todo por las mujeres.

Aunque es difícil entender el fenómeno del suicidio, hay numerosos factores que pueden predisponer a las personas a acabar con sus vidas en un intento desesperado por escapar del dolor que sienten. En el caso de los más jóvenes haber sufrido abuso sexual o físico, historia familiar de suicidio o violencia, fallecimiento de un amigo íntimo, noviazgos rotos, pobres resultados académicos, entre otros, pueden ser causas de suicidio juvenil, señala el siquiatra Otto Castro, especialista en niños y jóvenes. Los embarazos no deseados también empujan a las jóvenes a quitarse la vida, sobre todo cuando no cuentan con el apoyo de su pareja ni con el de sus padres.
Un informe de UNICEF señala que de cada mil adolescentes entre 15 y 19 años en Centroamérica, hay un promedio de 127 embarazadas. Padecer enfermedades terminales como sida o cáncer también pueden provocar intentos suicidas. En El Salvador, 18.2% de los casos de VIH se encuentra en jóvenes de entre 12 y 24 años y aunque no hay registro de suicidios en jóvenes seropositivos se cree que sí están propensos. El abuso de drogas es otro factor que influye en el alza de suicidios. Según el estudio “Ventana epidemiológica”, del Ministerio de Salud y FUNDASALVA realizado en las salas de emergencia de cuatro hospitales de San Salvador en 1999 en pacientes mayores de 12 años, un 50% del total de ingresos (543) fue de pacientes alcoholizados que intentaron suicidarse. Sin embargo, para el doctor Ricardo Cook, terapeuta de FUNDASALVA, un adicto no es necesariamente un suicida y aunque tienen personalidades parecidas, tanto el abuso de drogas como el suicidio mismo son solo síntomas de un problema mayor: la depresión. De hecho, para el profesional todos los problemas anteriores están ligados al grado de depresión que viven los muchachos y las muchachas que se hacen daño. El doctor Castro asegura que la depresión es quizás la primera causa que provoca suicidios en los adolescentes.
“Los padres deben estar conscientes de que sus hijos van a deprimirse en esta etapa, porque van mal en la escuela, porque la novia los dejó o porque simplemente les es difícil relacionarse con sus semejantes”, dice.

Para él, en esta etapa los muchachos pueden llegar a sentirse tristes, incluso porque son demasiado gordos o bajos, porque tienen espinillas en la cara, porque no tienen suficientes amigos o porque sus padres los comparan demasiado con sus otros hermanos. El profesional asegura que para asegurar que el muchacho o muchacha pueda enfrentar el rechazo social y los problemas propios de la adolescencia, desde niño se le debe formar con valores y enseñarle a manejar los éxitos y los fracasos. Esto no evitará las dificultades propias de la adolescencia, pero al menos le ayudará a enfrentar la vida y a descartar la idea de que matarse es la solución a la depresión y a los problemas.



MEDICINA LEGAL REGISTRA 356 SUICIDIOS, SAN SALVADOR CON MAYOR TASA.

Jueves, 06 de septiembre de 2012
Agustín Franco
Beatriz Castillo
Redacción Diario Co Latino 
El suicidio se ha vuelto el enemigo silencioso de los salvadoreños. Según el Instituto Salvadoreño de Medicina Legal (IML),  de enero a agosto se han registrado 356 suicidios, de estos, la mayor tasa se registra en San Salvador.
Las estadísticas indican que en enero y abril se registraron 36 suicidios en cada mes. Mientras que los meses de junio y julio registran un alza.
En junio se registraron 66 casos y en julio 57. Los departamentos que encabezan el mayor número de casos es San Salvador con 70, mientras que San Miguel, Sonsonate y la Libertad registran 40.
Este enemigo silencioso, según las estadísticas, cobra más víctimas del sexo masculino, contabilizando 281.  En el caso de las mujeres son 75 suicidas.
Las personas más propensas a esta decisión fatal son los que oscilan entre las edades de 20 a 29 años. Le sigue las personas de 10 a 19 años y de 30 a 39.
Para las autoridades de Medicina Legal existe un alza en este tipo de casos. Solo en los primeros cinco días del mes de Septiembre, ya son cuatro personas que se han quitado la vida. Muchas veces las causas que llevan a las personas a tomar esta decisión no son detectadas. El balance de los suicidios fue presentado ayer, durante la divulgación del informe estadístico de IML.
En el tema de homicidios, de enero a la fecha, Miguel Velásquez, jefe del departamento Académico Estadístico de Medicina Legal, aseveró que “de enero a agosto no ha habido ningún día en que se tenga cero homicidios, por lo menos un homicidio ha habido, lamentablemente en esa ocasión que se dijo que no había homicidios, nosotros sí tenemos registrado un homicidio”, destacó.
Según el informe de Medicina Legal, en el mes de agosto se han cometidos 167 homicidios, lo que equivale a  5.4 homicidios por día, cifra diferente a la citada por el Ministro de Justicia y Seguridad, David Munguía payés, en su último informe quinquenal reporta 157 homicidios, equivalente a  5.06 homicidios diarios.
El director de Medicina Legal José Miguel Fortín dijo que de enero a marzo el promedio de homicidios es de 8 diarios y de marzo a agosto el promedio ronda los  6.1. En lo que va del año medicina legal reporta 1 mil 963 homicidios.
Fortín reiteró que la metodología estadística de las instituciones es diferente con la del Ministerio de Justicia y Seguridad, ya que las investigaciones forenses son  continuas y el intervalo de estudio es en un rango de tiempo más complejo, admitió.
De acuerdo con el director del IML, la tregua ha tenido influencia en las estadísticas, y remarcó que ellos en “ningún momento han dicho que la tregua se ha roto, lo que hemos  dicho es que existen riesgos que pueden llegar a romperla”, señaló Fortín.


“El suicidio no es una solución a los problemas, es evitar los problemas y dejarlos sin solución.
Solo con solidaridad, voluntad y apertura al servicio de los demás podemos revertir la situación.
No hay dejar que nuestras juventudes y nuestro "futuro" pierdan el valor y sentido de la Vida.”







BIBLIOGRAFÍA
·         ¿Cómo evitar el suicidio en los adolescentes?
Autor: Sergio Andrés Pérez Barrero (Manzanillo.1953).
 Profesor Titular. Especialista de 1er y 2do Grado en Psiquiatría.
Presidente de la Sección de Suicidiología de la Sociedad Cubana de Psiquiatría.

·         Psicología de la adolescencia, J.C. Coleman, l.B. Hendry, Morata, 2003

Datos del libro

  • Nº de páginas: 292 págs.
  • Editorial: Morata
  • Lengua: español

·         La Prensa Gráfica, Editoriales, 12 de Octubre de 2011 - Licdo. Romeo Ramos Amaya

Para algunas definiciones importantes:
















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